Charlamos con Gastón Rosa, la cara detrás de las pegatinas de Untonga
Tiene 35 años y más de 1000 pegatinas de tumbitas rosadas pegadas en Uruguay, Chile y España, aunque la gran mayoría se encuentran en Montevideo. Caminar por Cordón o Ciudad Vieja sin cruzarte con @untonga es casi imposible.
Inicios
Untonga nació en 2019 en Santiago de Chile. El contexto político de represión y el descontento de la población habían desatado revueltas. Fue entonces cuando Gastón intervino con su primera pegatina, como “una forma de participar de ese movimiento o de ese sentir que había en la ciudad”.
Tiraban muchísimo gas lacrimógeno todo el tiempo. Podía pasar que estabas en tu casa y empezaba a entrar gas lacrimógeno.
Así empezó la movida de Untonga, que en forma de tumbitas siguió dejando mensajes por la ciudad. Volvió a Montevideo -su lugar de origen- e hizo a su arte parte del paisaje urbano de la capital.
Yo quería dejar mensajes en la calle y la tumba es el formato que encuentro. A medida que lo voy haciendo, voy encontrando el significado, como que lo voy redescubriendo.
Gastón se considera más escritor que artista gráfico. Escribió dos libros infantiles: La niña que no veían y Zapatos cambiados. El primero cuenta la historia de una niña transgenero; en el segundo, el protagonista es un niño con síndrome de down. Ambos buscan fomentar la inclusión y motivar a las infancias en sus diferencias.
La importancia de la familia y de poderte ver reflejado en historias que te representen y te validen. Fortalecer eso que nos hace especiales.
Y en este camino de deconstrucción y formas de ver la vida, podemos decir que Gastón ve todo de color rosado. Su apellido, sus tumbitas, las paredes de su casa, el sillón, los almohadones, los vasos y hasta la gorra del que apareció en un momento del podcast, son de color rosado. Aunque, para contrastar, él estaba vestido de negro.
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